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En nuestra mente existen dos niveles: uno inferior que es la mente concreta y otro superior que es la mente abstracta. ¿Cómo son? ¿Cómo funcionan? ¿Cómo reconocer cuándo estoy conectado con uno u otro nivel? ¿Cómo acallar la mente que no me hace bien y potenciar la que sí? No sé tú, pero a mí esto me pareció de una importancia absoluta para mi vida, y desde que lo escuché por primera vez, años atrás, no he parado de trabajar sobre el tema y esforzarme en aplicarlo en mi misma. Implica mucho esfuerzo – por algo Santa Teresa de Jesús llamaba a la mente la loca de la casa – pero estoy decidida a que se me vaya la vida en ello. ¿Te gustaría conocer más sobre cómo funciona la mente? A que sí, ¡vamos allá!
Cómo funciona la mente?
El nivel inferior es la mente concreta, la utilizamos para realizar las cosas del día a día y resolver los asuntos cotidianos. El nivel superior es la mente abstracta, desde nos planteamos los asuntos trascendentales de la existencia. ¿Quién soy? ¿Qué es la vida? ¿Qué es la muerte? ¿Cuál fue el origen del cosmos? Es la que nos permite elevar la perspectiva y reflexionar sobre temas que van más allá del sota, caballo y rey de las cosas del día a día.
Características de la mente inferior
- 1. No para. Está continuamente lanzando pensamientos de manera automática. Es como cuando pestañeamos que no somos conscientes de ello, pareciera que tuviera cierta autonomía de nosotros. Quieres dejar de pensar en algo o en alguien y por más que lo deseas no puedes evitarlo. Va a su bola, como dicen los españoles. Según los psicólogos tenemos entre 50 mil y 70 mil pensamientos diarios. ¿Cuántos de esos pensamientos son bajo tu voluntad o son lanzados por la mente por su propia cuenta?
- 2. Tiende a la negatividad. Cuando miramos la vida a través de la mente concreta siempre hay algo que está mal, tiende a ver todo torcido. Es inconforme, no le agrada, no se siente feliz. Es negativa.
- 3. No ve, interpreta. Según nuestro sistema de creencias formado a partir de nuestras experiencias particulares en la vida, la educación, el medio social y cultural, proyecta una versión de lo que ve, generando un muro entre tú y la realidad. Etiquetamos, encasillamos, suponemos, estamos llenos de prejuicios.
- 4. Es repetitiva. Parece un disco rayado. Repite y repite pensamientos una y otra vez, vienen solos. Vuelve y repite por enésima vez eso que ya pensaste y sigue dando vueltas en tu cabeza.
- 5. Nunca está en el presente. Le encanta jugar con nosotros como si fuéramos pelotas de ping-pong, nos lleva permanentemente del pasado al futuro, negándose a permanecer en lo único que de verdad nos pertenece: el presente. Va al pasado para traer culpa y viaja al futuro para darnos una buena dosis de ansiedad o miedo que es lo mismo.
Como puedes ver es un huésped bastante molesto. Así que debemos entrenarnos para controlarlo ya que de lo contrario será él quien nos controle.
Voy a darte unos tips que pueden ayudarte a lograrlo. Veamos qué podemos hacer.
Cómo controlar la mente inferior
Una de las técnicas más poderosas que podemos utilizar es la práctica de estar plenamente en el momento presente, esto no sólo nos ayudará a tranquilizar la mente concreta, sino que además nos permitirá disfrutar de verdad cada instante de la vida. A la mente no le gusta estar en el momento presente, porque ahí no hay miedo ni culpa. Se requiere un esfuerzo consciente, pero con la práctica se irá haciendo más fácil.
Practica la Auto-Observación. Obsérvate, date cuenta y acéptalo. Cuando te des cuenta que en lugar de estar en tu YO superior, has estado en tu pequeño ego, pues no le hagas más el juego. No se trata de sentirte culpable y darte latigazos, se trata solo de hacerlo consciente.
Elige muy bien el tipo de información que le das. Alimentamos nuestra mente concreta cada día con lo que vemos en los medios de comunicación, con lo que leemos, con lo que conversamos, con los pensamientos que dejamos entrar sin control. No es un slogan vacío eso de que creamos lo que creemos. Cuida lo que dejas entrar en tu mente.
Crea el hábito. Pon una actitud dispuesta a observar tus pensamientos. Al principio puede costarte un poco, pero una actitud genera emociones, éstas generan acciones que si se hacen de manera repetida y persistente generan hábitos y éstos forman nuestro carácter y de esto dependerá cómo nos vaya en la vida.
Cómo saber cuándo estamos en una u otra mente?
La respuesta resulta bastante sencilla. Como dijo el apóstol San Pablo “Por lo demás hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” Todo esto correspondería a nuestra mente abstracta. Y todo lo contrario, es decir, todo odio, toda maldad, toda envidia, toda codicia, toda soberbia correspondería a nuestra mente concreta, al ego.
Sé que no es fácil, aunque sea sencilla la respuesta pero, creo que no existe nada más importante en la vida que trabajar en ello cada día. ¿Tú qué opinas? Déjame tus comentarios, estaré encantada de recibirlos y responderte.